jueves, 5 de noviembre de 2009

6 DE NOVIEMBRE

Aquí tenemos otro relato de Catwoman. Es otro viaje con destino conocido. No por ello deja de atrapar su lectura. El mundo de las relaciones virtuales está abriendo interesantes temas para la narrativa.
Como cada noche tras salir del trabajo Pat llegó a casa, encendió el ordenador y conectó el messenger. Luego, empezó a chatear con sus amigos. En ese preciso instante un pop up apareció en la pantalla kematian@hotmail.com ¿Deseas agregar a esta persona al messenger?Sí. Los contactos de Messenger forman parte de tu red de Windows live. No, gracias. No te preocupes, no le diremos a nadie que dijiste que no.
¿Quién habría tras el nick de kematian?, pensó. Aunque no solía aceptar a nadie que no fuese conocido, la curiosidad le pudo y, casi sin titubear, dio a aceptar. Luego, clicó sobre el nuevo nombre:Pat dice:
-¿Hola?, ¿Quién eres?
Pasaron unos segundos y nadie contestó. Pat siguió hablando con sus amigos cuando de pronto la webcam se encendió sola y en la pantalla pudo leer: Kematian dice:-Hola Pat. Estás preciosa esta noche.
Pat miró sobresaltada a su webcam. Se había encendido sola. Puso la mano sobre el visor y escribió en la pantalla.
-¿Quién eres?, ¿Te conozco?
-Tú y yo vamos a ser muy buenos amigos, seguro.
-Pero, ¿Quién eres?
-Mi nombre es Kematian.
-Extraño nombre.
-Es un nombre de origen indonesio.
-¿Indonesio?
-Sí, así es.
-Yo me llamo Pat Weals.
-Lo sé, lo sé.
-¿Me conoces?
-Algo parecido.
Pat sintió una cierta desconfianza, pero siguió hablando.
-¿De qué me conoces?
-Te conozco desde que naciste.
-¿Eras amigo de mi familia?
-No exactamente.
-Bueno, cuéntame cosas de ti.
-Pues verás, llevo tanto años en este mundo que casi que no recuerdo cuándo nací.
-No será para tanto -respondió Pat.
-Bueno, lo cierto es que a pesar de mi edad, aún estoy en plena forma.
-¿A qué te dedicas?, o ¿estás jubilado?
-¿Jubilado yo? Jajaajjaja. ¡Eso en la vida!
-¿Pues a qué te dedicas?
-Bueno, podríamos decir que al mundo del transporte.
-Interesante.
-¿Y tú Pat? Háblame de ti.
-Pues yo trabajo en publicidad. Era mi sueño desde niña y ahora que estoy camino de los cincuenta sigo adorando mi trabajo.
-Eso es importante.
Durante todo aquel mes Pat pasó largas horas chateando con Kematian. Lo cierto era que aquel extraño la conocía mejor que muchos de sus mejores amigos. Cuando hablaba con él, se sentía muy a gusto; era como ir a la consulta de un psicólogo y vaciarse por completo. Esa fue la razón por la que Pat empezó a pensar que podría ser interesante conocer a Kematian.
-¿Sabes?, llevo unos días dándole vueltas y creo que podría estar bien que nos conociésemos.
-¿Estás segura de ello?
-¿Y por qué no?
-Porque pese a nuestras largas conversaciones, soy un completo desconocido para ti.
-Ya no. Me conoces casi mejor que yo a mí misma. Y cuando hablo contigo me trasmites tanta paz.
-Dime. ¿Te atreverías a hacer un viaje conmigo?
-¿Un viaje?
-Sí, ¿te atreverías a acompañarme en uno de mis transportes?
Pat dudó unos instantes, pero luego contestó con firmeza:
-¿Y por qué no? ¡Será que de joven no me he ido veces de viaje con amigos que había conocido días antes en una discoteca!
-Bien. Veo que realmente ya estás preparada.
-¿Preparada?
-Sí,...preparada para viajar.
-¿Y cuándo nos vamos?
-¿Qué te parece mañana cuando salgas de trabajar?
-¿Este fin de semana?
-Sí.
-Pues..en principio bien.
-De acuerdo. Te recojo el viernes al salir de la oficina.
-Perfecto.
Aquel viernes Pat se llevó una mochila con las cosas indispensables a la oficina. Estaba nerviosa. Por fin iba a conocer a Kematian. Llevaba tantas noches hablando con él que la idea de conocerle la emocionaba. Seguro que iba a pasárselo muy bien. Con Kematian era difícil aburrirse. Era un hombre tan culto y tan interesante. Lo raro es que con sus conocimientos y su cultura tan sólo fuera transportista, pensó. Pat miró el reloj de la ofina. Ya eran las seis. Se incorporó, cogió su mochila y empezó a andar. De pronto, empezó a sentirse mal. Pat cayó desplomada al suelo ante el estupor de sus compañeros. Medio inconsciente y con fuertes dolores Pat miró a su alrededor. Fue en ese preciso instante cuando oyó la voz de un hombre que le decía:
-Hola Pat, soy Kematian. Creo que ya podemos irnos. Ya estás preparada.
-¿Irnos? ¡Creo que estoy sufriendo un infarto!
-Sí Pat. La hora exacta de la muerte será en cinco minutos.
-¿Cómo?
-¿Sabes qué significa realmente mi nombre?
-No.
-Kematian significa muerte en indonesio. Lo siento Pat, pero ya es tu hora y he venido a por ti.
-¿Qué?
-Traté de hacerlo más fácil. Pensé que si me conocías antes, este viaje iba a ser más agradable. ¿Confías en mí, no?
Pat miró alrededor dándose cuenta de que nadie más veía a Kematian. Todos la miraban pensando que tras el infarto sufría alucinaciones.
-Sí, confío en ti, Kematian.
-Bien, ahora tendremos todo el tiempo del mundo para hablar.
Cuando llegó la ambulancia Pat ya había muerto. Sin embargo, hubo algo que extrañó bastante a todos. Pese a los fuertes dolores que le había provocado el infarto, en su cara se esbozaba un clara y serena sonrisa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario